Con la tecnología de Blogger.

Seguidores

Favor mostrar su visa dominicana, ciudadanía o "Green Card"

Gracias!

Crónica de una principiante deportista




Si estás pensando que quieres pero no puedes. Que sí pero que no. Que estas tarde, porque son 30, 40 o 50; o alguna otra excusa que parece buena... Esta historia es para ti. 


Los que me conocen de la época de la Coco Band y de la Roca Banda, saben que el ejercicio y yo no éramos amigos. Sólo una vez hice un aguaje de practicar Kung Fu; y fue por las razones equivocadas: el uniforme me quedaba súper bello. 
Tenía 21 y vivía en Lalandia.

Después de convencer a mi mejor amigo de que aquello no era una secta (a pesar de que debíamos empezar con un credo que rezaba: "El Kung fu veneno de cobra es la senda que nos guía :/ ". El continuó por mucho tiempo y yo me rendí porque sudaba la cabellera.


Muchos años después me casé con un boricua amante del deporte y fanático de cuidar su condición física. Y fue en este país (abundante de la leche y miel, como dice la Biblia) que aumenté sobre 10 libras en menos de 60 días.
Mientras Sr. Esposo iba al Gym a quemar las calorías del mangú que con tanto amor le preparaba; yo me quedaba en casa con un vaso de leche fría y un honey bun de los que venden en Sams por caja. 

Una vez más decido darle una oportunidad al ejercicio y me inscribo en el gimnasio. Nuevamente por las razones erróneas: En mi mente ilusa Raúl estaba entrenando al lado de mujeres con cuadritos y enseñando los cachos de la nalga. Decidí ir a atender mis cartones y de paso sudar un poco. No pasó mucho tiempo sin que descubriera que la mayoría andaba en tshirts promocionales de Malta India, así que me relajé; pero era muy tarde para renunciar a aquello, porque se convirtió en un reto personal:  optimizar mi pobre condición a los 26 años. 
En aquella época, al menos en nuestra cultura, el ideal de belleza consistía en ser flaca.  Valía más sufrir de hambre y lucir enferma que un aspecto saludable en general. Por eso era inusual ver a las chicas en el área de las pesas. Sinceramente me importaba poco, pues estaba entusiasmada con la nueva Cristina que estaba conociendo. Una que levantaba hoy 10 libras y a la semana siguiente 30. Me apasioné del progreso paulatino. Gracias a Dios, no del aspecto.
Me vi día tras día rodeada de puros machos musculosos, sudorosos y apestosos, mientras las nenas movían la cintura en la clase de zumba o derretían su grasa en la de spinning.




Circunstancias me hacían ir y volver. En 2013, consciente de que buscaría mi primer hijo, regresé con mucha disciplina y mi cuerpo respondió agradecido. Hice yoga y pesas con el barrigón a pesar de las críticas (pero ninguna contraindicación médica). Tuve el parto que deseaba con la bendición de Dios.

El cuerpo es como un amigo interesado. Si le das lo que necesita, te retribuye con energía, salud, autoestima y entusiasmo diario.
Tras el parto, ir al Gym se convirtió en tarea imposible. Pero un año más tarde me reencontré con una buena amiga que estaba viviendo en España. Ella lucía hermosa, y sobretodo saludable. Su piel, su pelo, todo! Me contó cómo hacia ejercicio en casa y me motivó a empezar desde lo más básico (ella posee un blog de alimentación que está impactado a mucha gente www.ahungryblog.com). Me fue llevando de la mano. Su empuje (y sus fotos en Facebook) fueron cruciales para querer ir más allá.
Porque hago toda esta historia? Porque hablando de ir más allá, me entusiasmé con correr un 5K. Correr es otra historia, porque aunque soy buena con ejercicios de pesas, mi resistencia cardiovascular siempre ha sido deficiente, y ese es el nuevo reto personal. Correr mi primer 5K. Probarme que puedo hacerlo.
Empecé hace pocas semanas y descubrí que estoy bien atrás jejejeje! Terminé con la lengua afuera, los tobillos adoloridos y no completé media hora de trote ligero.
El otro día volví y la sensación de libertad (que no conocía en el ejercicio) me encantó. Fui a mi ritmo... Hasta que me encontraba con algún ciclista o el camión de basura y me convertía en un híbrido de Félix Sánchez con Javier Culson. Eso es lo bueno de salir afuera, el compromiso con los extraños de aparentar que eres una maratonista experimentada.
Aprecié que lo hice mucho mejor. Cumplí 30 minutos. Pero sentí que terminé con Zica. Me picaba la cara, un calentón en todo el cuerpo y sospecho que olía a algún animal de granja. Pero mi corazón estaba tan feliz! Estoy tan feliz! 

La verdad es que me queda muy poco tiempo, pues me decidí a entrenar muy tarde. Pero qué importa? La certeza de saber que lo intentaré una y otra vez, y que siempre será mejor que la vez anterior me basta para no perder el enfoque. Lo importante es empezar.
Te animas? 

NOTA AL MARGEN: El evento ya pasó. Me lesioné los tobillos y no pude correr el 5k.  Estaré en reposo las próximas dos semanas. :( 

2 comentarios:

Anónimo,  18 de octubre de 2016, 17:08  

Nena como estas esos tobillos? Lista para tu próximo reto!! ... excelente determinación la tuya!

Cristina 19 de octubre de 2016, 1:59  

Ya están nuevos! Jajajaja! Pero tuve que empezar de nuevo con las rutinas en casa... cogiéndolo suave ;) jejeje! Saludos! Bienvenido al blog!

Publicar un comentario

  © NOME DO SEU BLOG

Design by Emporium Digital